!Oh abogada y patrona nuestra, María!
Oh Pastora de los bienaventurados
que como justas ovejas gozan en el cielo,
dichosas, vuestra soberana presencia,
porque cuando vinieron,
siguieron vuestros pasos
con la virtud de la claridad.
Te ruego me concedas la petición que te hago
con toda la fe de mi corazón puesta en ti
y sabiendo que recibiré tu ayuda
porque tu misericordia es infinita
y no dejaras a ninguna oveja de tu rebaño
sufrir y pasar calamidades.